Madonna de la escalera |
El tipo tenía una personalidad atormentada, un fortísimo carácter y un sentido del humor, cuando menos, particular. Cuando pinta el Juicio final de la Capilla Sixtina, su obra pictórica más importante, se autorretrata como el pellejo de San Bartolomé, un santo que murió desollado vivo.
Autorretrato de Miguel Ángel |
A mí, sin embargo, lo que siempre me ha fascinado es la descripción de su persona que hace el Vasari, un coetáneo suyo que escribió "Vidas", un compendio de vidas de artistas. Os dejo con un fragmento en el que habla del artista con unos 75 años:"Su genio y su fuerza no podían parar de crear. De un bloque de mármol talló cuatro figuras más grandes que el natural, en medio de las cuales estaba Cristo muerto; hacía esto por distraerse y pasar el tiempo y, como el decía, porque el ejercicio del cincel le conservaba la salud. Se había fabricado un casco de cartón y llevaba en el medio, sobre la cabeza, una vela encendida, para tener luz sin tener que utilizar las manos. Tallaba el mármol con tal furor que parecía que iba a salir hecho pedazos; con un solo golpe hacía saltar esquirlas de tres o cuatro dedos, y trazaba las líneas tan limpias que desviándose poco más del grosor de un cabello, habría echado todo a perder".